Plasticidad, según la Real Academia de la Lengua Española, es la cualidad de lo plástico, de aquello que es capaz de cambiar de forma y mantenerla. De esta manera, la neuroplasticidad es cualquier cambio en las propiedades morfológicas o funcionales de la corteza cerebral debido a cambios ambientales o a lesiones.
El cerebro se recupera porque tiene oportunidad para hacerlo creando nuevos circuitos (neuroplasticidad) y por su capacidad para hacer madurar las células embrionarias que contiene, transformándolas en neuronas (neurogénesis). Con los nuevos estudios queda claro que el cerebro es capaz de modificar su estructura en función de las capacidades desarrolladas. En los últimos tiempos, esta modificación de la estructura se ve influenciada por el uso de las nuevas tecnologías, como por ejemplo el uso de sistemas de almacenamiento de datos, lo que influye en la adaptación de las áreas de memoria de nuestro cerebro.
Esto no significa que esté disminuyendo la capacidad funcional del cerebro, sino que se está moldeando por el entorno y nos permite desarrollar más otras capacidades. Albert Einstein dijo: "Yo nunca memorizo un dato que sé dónde encontrar".
Cierto es que algunas capacidades como la memoria pueden verse disminuidas, pero otras como la inteligencia emocional, la relación y la resolución de problemas de mayor complejidad se ven más desarrolladas. Un ejemplo actual es el impacto que tienen las redes sociales en nuestro cerebro ya que disminuyen el grado de atención aunque a la vez desarrollamos otras partes de la materia gris, especialmente la amígdala, área asociada a la respuesta emocional, tal y como afirma Ryota Kanai, del Instituto de Neurociencias Cognitivas de Londres. Por otra parte, Gary Small de la USC, advierte que el uso excesivo de Internet (más de 10 hr. al día) puede reducir gravemente las aptitudes sociales de una persona, sin embargo, su moderación representa una fuente sorprendente de ejercicios mentales y atenúa la degradación del cerebro producida por la edad.
"Me gusta" la recompensa
Un estudio, publicado en la revista Frontiers in Human Neuroscience, se basa en el núcleo accumbens, una pequeña pero crítica estructura localizada en el centro del cerebro y relacionada con el proceso de recompensas. La relación en entre esta parte y Facebook se basaría precisamente en su función y la reputación que conllevan los comentarios positivos que se publican en la red social.
Los expertos estudiaron como respondía el cerebro a la retroalimentación positiva, conectando el vínculo neurobiólogico entre la adicción a las redes sociales y la actividad cerebral. Así descubrieron que cada vez que los usuarios observan respuestas positivas en la red social, como los "Likes", la región del cerebro que proceso sentimientos de recompensa se activaba.
Este estudio fue realizado a 31 personas quienes debieron responder en primer lugar una "Escala de intensidad de Facebook" creada por los mismo científicos, que sirvió para determinar cuántos amigos tenían los participantes, cuánto tiempo gastaban en la red social y una visión general de su pensamiento en este servicio.
Tras lo cual, los participantes fueron sometidos a una entrevista de video donde se fue grabando su actividad según diferentes situaciones, donde se les aseguraba que diferentes personas habían analizado positivamente sus respuestas.
Aquellos quienes recibieron esta buena noticia, tuvieron una mayor activación del núcleo accumbens que en otros escenarios, donde las respuestas favorables afectaban a terceros.
De acuerdo a los investigadores, este sistema no sólo demuestra que el nivel de aprobación podría llegar a ser adictivo para el cerebro humano, como es en el caso de las redes sociales, sino que además podría ser útil para entender otros efectos de estos servicios en la población y para diseñar nuevos estudios sobre el aprendizaje.
El uso excesivo de internet puede reducir gravemente las aptitudes sociales de una persona.
Adicción a las redes sociales
Con síntomas similares a la adicción a las sustancias, las personas entre los 6 y los 25 años son las más vulnerables a desarrollar algún tipo de adicción a las redes sociales, afirmó la experta Martha Pérez González.
La subdirectora del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) precisó que a este grupo de edad es dirigida toda una estructura de mercadotecnia para que desde pequeños tuvieran celular y cuenta en alguna red social.
Por supuesto que esto no quiere decir que los mayores de 25 años estén exentos, cualquier persona puede generar esta adicción.
Detalló que este fenómeno se puede entender como una serie de pautas de comportamiento, donde, para la persona se vuelve imprescindible el uso intensivo de diferentes medios tecnológicos que incluyan redes sociales, el cual interfiere con la vida normal del sujeto, en el ámbito social, laboral y educativo.
Comenta que las personas con mayor riesgo en caer en estas prácticas son aquellas a las que la interacción social les es difícil, con déficit de habilidades sociales o que han establecido divorcio con miembros de su propia familia.